domingo, 1 de agosto de 2010

Ejercicio mental

En vista de mi limitada capacidad de decir las cosas que realmente siento, voy a usar este espacio que sé pocos leen para decirle a él, El enano, calvo y narizón el montón de cosas que me quedaron por decir el día que terminamos. Será un post sin sentido, pues voy a escribir lo que me salga.

Eres un de las personas más divertidas que conocí en mi vida, tienes una capacidad increíble de hacer reír a la gente, es una lástima que no tengas esa misma capacidad para mantener una relación estable y es mucho más triste que tu palabra valga menos que el ya devaluado bolívar fuerte. ¿Por qué digo eso? Porque cuando uno habla de intentar algo, realmente lo intenta, no se queda esperando a que las cosas siempre salgan fáciles. Ya sé, me vas a decir que aún no superas la muerte de tu madre y de tu padre, situaciones que sé son difíciles porque yo misma pasé por la pérdida de mi viejo y más recientemente de mi hermano. Sé de lo que hablas, pero también sé que eso no me da carta aval para jugar con los sentimientos de otras personas.

Te cuento algo, si no estás dispuesto a asumir una relación enciérrate en tu casa y no tengas citas románticas con nadie hasta el día que estés listo, porque nosotras no somos responsables de tu inestabilidad emocional y de tu incapacidad para establecer lazos duraderos.

Sí, ya sé que te dije que estaba todo más que bien el día que terminamos, pero es muy idiota pensar que lo estaba. Desapareciste por 10 días, cuando te llamé para cortarte las patas me hiciste puchero y me dijiste: Dame, danos otra oportunidad. Te la di y ¿Qué hiciste? Volviste a desaparecer cual cobarde, porque eso es lo que eres un cobarde incapaz de decir las cosas en la cara y que se escuda en su sentido del humor. Me fallaste cuando te necesité, cuando necesité hablar con alguien que entendiera por lo que estaba pasando ¿Sabes lo peor de todo, lo que me hace más idiota e incapaz que tú? Que sigo esperando cual tarada el día que me llames y me pidas volver.

¿Depresión estacional o estacionada en la depresión?

Debería existir una ley que prohíba la soltería en la época más fría del año. Hace más de cuatro meses que dejé de salir con el enano, calvo y narizón, pero me ha costado un mundo olvidarlo, asumo que es porque nos divertíamos mucho, tenemos un sentido del humor muy parecido y créanme eso para mí es difícil de encontrar. Tengo un humor negro y sarcástico que no le gusta mucho a la gente y a él le encantaba.

Han pasado cuatro meses y yo sigo aquí pensándolo, mientras él se empierna y garcha con otra mina ¿Se puede caer más bajo? Todos los días miro con angustia el celular para ver si me llamó, escribió o algo, pero nada, la respuesta sigue siendo la misma, lo único que le falta a mi BB es gritarme: ¡Supéralo, tarada. No te va a llamar NUNCA MÁS! NO TE REGISTRA.

Aunque también se puede deber a que me siento sola, tengo amigos, pero no es lo mismo. Con un amigo no te puedes empiernar un día de lluvia terrible en el que la temperatura no pasa los 10 grados, no te puedes duchar y mucho menos decirle cosas cursi que te pasan por la cabeza cada vez que lo ves. No sé si estoy deprimida porque lo extraño o porque es terrible caminar sola mientras te cagas de frío. ¿Será que soy masoquista?


sábado, 3 de julio de 2010

Basta con la "Policía del fútbol"

Desde chica hincho por la albiceleste, porque nunca he tenido el placer de ver a mi selección "La Vinotinto" formar parte de esta justa deportiva. Hoy, mi oncena postiza ésa a la que sigo para no quedar fuera del sentimiento mundialista, por la que lloro como si fuese tan argentina como Maradona, quedó afuera. Nos eliminó Alemania en un partido que para mí fue más que triste.

Hoy estoy triste no sólo porque los chicos vuelven a casa con el sabor amargo de la derrota, también estoy triste porque no entiendo a algunas personas que juegan a ser la "Policía del fútbol" y que me tildan de vende patria porque lloro por la celeste y blanca, que son incapaces de entender que el hecho de que utilice la camiseta de esa selección no implica que esté traicionando a mi país y muchos que me olvide que soy VENEZOLANA.

No entiendo cómo son capaces de juzgar de manera tan simple y liviana, no entiendo que para estos "policías" sea una condición sine que non de patriotismo hinchar en el mundial por una selección que lamentablemente no está ahí. ¿Desde cuándo es requisito para ser mejor venezolano burlarse de otras selecciones? ¿Desde cuándo hay requisitos para ser el mejor venezolano?

Yo sigo esperando ver a mi Vinotinto disputar un mundial y escuchar cómo suena el himno de mi país mientras once personas en la cancha y 26 millones en casa defienden el sueño mundialista, ése día lloraré de emoción, pero hasta entonces déjenme o déjennos seguir hinchando tranquilos por Argentina, Brasil o cualquier otra selección, porque les cuento eso no nos hace menos venezolanos.

sábado, 1 de mayo de 2010

Tendré que comprar los gatos

Como muchas chicas de mi edad estoy buscando pareja, porque para mí no hay mejor manera de pasar el tiempo que con una persona cerca dándote ánimo, haciéndote reír y bueno, todo lo que involucra tener un hombre al lado.

Desde que llegué a Argentina he salido con al menos tres chicos con los que obviamente no he establecido algo duradero, porque sino no estaría hoy escribiendo este post. Al primero (Maxi) lo conocí por un amigo venezolano en común. Yo tenía pocos días acá en Buenos Aires y aún pensaba en mi ex novio, razón por la cual duramos menos tiempo como pareja que un kilo de azúcar en super mercado venezolano. Luego vino Martín un chico copado, estudiante de dirección de arte, pero con el que después de dos citas no me había dado el primer beso y con quien el tema de conversación más importante fue la cursi película "If only", otra pareja que no fue en menos de tres meses y el más reciente es Tony.

Tony es un chico enano, calvo y narizón, pero tan inteligente que cualquiera estaría a su lado sólo para escucharlo hablar. A él lo conocí en un vuelo de Aerolíneas Argentinas el día que volvía de mis vacaciones en Venezuela, él había ido por trabajo, hablamos durante todo el vuelo y yo que le tengo terror a los aviones quería que las ochos horas de vuelo se convirtieran en 20, para seguir con él, lo cual me empezaba a alarmar porque eso no pintaba bien.

Llegamos a Buenos Aires, intercambiamos teléfonos, me trajo hasta casa y tres días más tarde estábamos en un bar de Palermo en nuestra primera cita, que fue muy divertida y terminó a las cinco de la mañana en un banco en la plaza frente a mi departamento. Pasaron los días y todo se proyectaba super bien, conocí a su hermano y un par de amigos, pasamos un fin de semana hermoso en su casa en Tigre y de la noche a la mañana ya no estamos juntos. ¿Será que lo aburrí? ¿Será él o seré yo? ¿Me resigno tan pronto a ser una vieja solterona con una cuarentena de gatos y a quien sus vecinos sienten una profunda lástima?


Volví

Hace algunos días me mandaron a hacer en la facultad una presentación sobre quién soy, al principio pensé que era pan comido, nada de lo que dijera podía estar mal, porque a fin de cuentas estaba hablando de mí y ¿Quién puede saber más de mi que yo?

Después de no menos que quince intentos para encontrar la descripción adecuada, recordé que un tiempo atrás había empezado a escribir un blog que en los pocos post que tenía, hablaba mucho de mí, tanto que se notaba mi falta de constancia porque hace más de un año que no posteaba nada, lo leí y en seguida pensé en comentarle a mi roommate temporal sobre este pequeño espacio que, por inconstante, había abandonado. Lo leyó y sus palabras fueron -no sé si por buena onda o por hacer que me callara: "Marica, ¿Por qué no lo continúas? A mí me gusta".Le hice caso y acá estoy otra vez, haciendo algo que me gusta mucho: Escribir.


martes, 14 de abril de 2009

I'll be back...I'm back

Mi ex novio, Fernando, ese rosarino del que me enamoré perdidamente hace casi tres años regresó a mi vida, mejor dicho nunca se fue, pero esta vez su presencia es mucho más fuerte, la siento y la huelo cada vez que salgo de mi departamento.

Terminamos hace un año, pero nunca dejamos de hablarnos por msn, enviarnos mensajes de texto o hacer algo para que el otro supiera que aún estábamos vivos. Estando en Venezuela me sentía en completo dominio de la situación, pues sabía que era imposible encontrarlo en algún sitio y a pesar de que estuvo en Caracas unas veces, las calles de esa ciudad me recordaban otras cosas además de él, pero cada centímetro de Buenos Aires me evoca a Fernando, es imposible no pensar en él aunque sea un segundo.

Cuando me vine sabía que esta ciudad me recordaría mucho a él, pues aquí nos vimos por primera vez y todo lo que hoy veo de manera cotidiana, fue con él que las vi por primera vez. Es una sensación extraña, estoy acá pensando en que me falta algo, algo para hacer que esta ciudad imperfecta cuaje perfectamente en mí y ese algo eres tú: Fernando.

Debut y despedida

Para darme la bienvenida a la ciudad un amigo decidió organizar en su casa una pequeña reunión con sus compañeros de facultad, a quienes había conocido en mi primera visita al país. Fue un encuentro bastante ameno en el que me hicieron sentir como en casa, como si estuviese rodeada de todos mis panas, tan en casa me sentí que comencé a salir con uno de los amigos de mi amigo, a quien llamaremos Maximiliano.

Maxi, es un chico bastante amable, que en pocos segundos logró captar mi atención y me convenció de empezar una especie de relación con él. Desde un principio las cosas estuvieron bastante claras, le expliqué que no buscaba una relación seria - no buscaba una relación- que la pasaba bien con él, pero la palabra noviazgo no estaba entre mis planes, quería algo light y la única condición puesta por los dos fue contrato de exclusividad.

Los primeros días de no relación la pasamos muy bien, salimos, comimos, reímos; en fin nos divertíamos. Mi preocupación empezó cuando me invitó a cenar a su casa, él se encargaría de preparar la comida y su madre y yo sólo nos encargaríamos de comer, justo esas dos cosas me preocupaban. La primera era tener que mentir de frente si la comida que me había preparado me parecía incomible y la segunda era ese encuentro con su madre, en un principio me resistí a ir, pero eran tantas las ganas de comer comida casera que accedí.

La cena se desarrolló en completa calma, la madre de Maxi resultó ser una persona increíble, atenta, muy educada y tan conversadora como yo, lo que generó que nos lleváramos bien. En cuanto a la comida, debo aceptar que es lo mejor que comí desde mi llegada a Buenos Aires, tenía justo el sabor que soñaba y además me sentí en una verdadera cena familiar. Lo único que no resultó tan bien fue la no relación con Maxi, pero ¿Qué le vamos a hacer?